Mutaciones metafísicas
Toda gran obra crea un género o acaba con él.
Walter Benjamin
Últimamente voy menos al cine, pero sigo viendo igual o más cantidad de películas que hace unos años, por lo que esta actividad continúa siendo central en mi vida, y puedo decir, con autoridad creo, que el cine está en una meseta de mediocridad y previsibilidad que lo comienza a hacer prescindible.
El cinematógrafo no es muy antiguo en la historia de la humanidad, tiene un poco más de cien años y el cine en colores o el sonoro son realmente muy recientes. Comparado con la pintura o la música, el cine es un niño que no ha comenzado a gatear. Sin embargo, como metáfora, la del niño, no es muy adecuada, ya que el supuesto niño ha comenzado a dar muestras de chochera, renguea, le duele la espalda, tiene hipertensión y comienza a perder la memoria. Su muerte parece avecinarse.
Tal vez en la historia del arte, el cine sea como una mariposa con una vida magnífica y colorida, pero fugaz.
El cine es el arte de la fugacidad y la memoria, decía Douglas Sirk en una definición que hoy dejó de ser funcional. Nadie necesita la memoria porque existe Internet y la fugacidad ha dejado de ser tal desde que existe el DVD y uno puede retroceder las películas mil veces si quiere, verlas una y otra vez, tenerlas en casa, regalarlas, etc. Como los relatos de futbol antes de la existencia de la televisión y cuando la memoria de los que vieron al Charro Moreno, Bernabé Ferreira o a Alfredo Di Stefano agrandaba notablemente los méritos de esos futbolistas recordando gambetas increíbles y goles mucho mejores de lo que fueron en realidad.
Tal vez alguien se asombre ante este requiem tan sombrío , pero, ¿no notaron acaso que cada vez se emocionan menos al salir de ver una película..?
El cine tuvo varias etapas. En una primera, el cine era simplemente fotografía en movimiento, una locomotora avanzando que los hermanos Lumiere retrataban con su invento, la salida de los obreros de una fábrica, etcétera. George Meliés lo convirtió en algo más parecido a un objeto de prestidigitación y luego comenzó a narrar algunas historias y a alejarse de retratar la realidad. Pronto Griffith, Fritz Lang y todo el cine mudo, comenzaron a crear diferentes maneras de utilizar la cámara para hacer del cine un nuevo arte.
Pero no fue hasta 1941, con El ciudadano (Citizen Kane), de Orson Welles, que el cine obtendría la mayoría de edad. Esa mayoría de edad que Angel Faretta llama la "autoconsciencia". Es decir, hasta El ciudadano el cine había utilizado recursos propios de otras artes, la fotografía, la música, el teatro, la pintura. Pero para hacer esa película, Orson Welles se hizo proyectar cientos de filmes de la RKO para copiar recursos y trasladarlos a una actividad que apenas conocía. Por esto es tan importante y no porque sea buena o mala, aburrida o entretenida. Nada fue igual después de esta película. Todo lo que vino después ya no podía clamar inocencia.
Después de esta lograda autoconsciencia sobrevino el período de oro del cine sonoro, vino el color, el cine como herramienta política, la emoción, el terror, la risa, la indignación, el erotismo, el sueño de la realización de un mundo mejor. El sueño americano había ganado todas las conciencias, menos la de los que se resistían pero igualmente consumían este sueño.
La Unión Soviética impulsaba un cine diferente, más contemplativo y político, pero destinado a seguir el curso de los avatares de ese país que parecía eterno pero que se desmoronó casi de un día para otro. ¿Quién hubiera pensado cinco años antes que la Unión Soviética, una de las dos potencias mundiales, dejaría de existir, así, de golpe...?
El cine de Italia, el neorrealismo, Fellini y toda esa tradición, lentamente fue convirtiéndose en un cine pobre y decadente, que a nadie interesaba ya.
Casi todas las tradiciones subieron y se extinguieron. Solo quedaba ahí, incólume, el cine americano. El del relato clásico. Con su estructura y sus fórmulas, que cuando parece que se agota, resucita. Inventa algo nuevo.
El cine americano parecía estar condenado a la inexistencia a raiz de los dramas políticos en que estuvo metido ese país con la Guerra de Vietnam y la caída del sueño occidental. Pero todo ese proceso finaliza con la gran película de Francis Ford Coppola, Apocalypse Now, la que demuestra que ese sueño encarnado por el cine ya no era posible. Y lo hace a través de una gran película. A partir de ahí, un cine de los márgenes... Rumble Fish, The Outsiders...
Comienza una nueva decadencia lenta y progresiva. Las películas de bandidos eran aburridas, nada emocionaba. hasta que aparece el genial Quentin Tarantino en 1994 y gana el festival de Cannes con Pulp Fiction. La trascendencia, otra vez, de esta gran obra es que nada sería igual en el cine de ahí en más. Como había pasado con El Ciudadano y con Apocalypse Now, Pulp Fiction acaba con una época y da comienzo a otra.
Las mutaciones metafísicas, es decir, las transiciones globales y radicales de la visión del mundo adoptada por la mayoría, son raras en la historia de la humanidad. Como ejemplos puede recordarse la aparición del cristianismo, el descubrimiento de América, la caída del muro de Berlín, la aparición del SIDA... Cuando se desarrolla una mutación metafísica, en palabras de Michel Houellebecq, se produce y avanza sin encontrar resistencia hasta sus últimas consecuencias. barre con toda manera de ver el mundo previa a esta revolución. No importan los juicios estéticos. Nada detiene el cambio que sobreviene a una mutación metafísica a no ser la aparición de otra mutación metafísica.
En el cine y en las otras artes sucede algo semejante.
La mutación metafísica que implica la aparición de Internet, los intercambios informáticos, el avance en las comunicaciones electrónicas fue devastadora para el cine, al punto de que probablemente sea momento de escribir un merecido Requiem.
¿Pero, qué reemplazará la avidez de los desterrados hijos de Eva, desesperados ex-cinéfilos, habitantes de este valle de lágrimas, que gimiendo y llorando claman por algo que los aparte de sus vidas sin cine que pueda, ya, ser disfrutado...?
Las series de televisión parecen tomar la posta. En un mundo vertiginoso que no permite 15 minutos para la presentación de personajes, situaciónes y giro drámatico de una película inscripta en el relato clásico, las series de televisión ofrecen en bandeja eso que hace falta, esa alienación cotidiana que fue condición necesaria para la existencia del cine en la vida de los cinéfilos.
Quentin Tarantino, Wes Anderson y otros decidieron innovar, cada uno en su momento y a su manera, la forma clásica de hacer cine y esto les provocó un agotamiento casi inmediato. En el caso de Quentin, luego de Pulp Fiction que puede gustar más o menos pero que cambió la historia del cine, se diluyó en propuestas intrascendentes y muy esporádicas, por otra parte.
¡Oh, Dios, qué panorama he pintado..!
Esperemos que todo esto no sea más que una pesadilla como la de Qué bello es vivir, de Frank Capra y que al despertar estemos en una sala llena con la película a punto de empezar y pronto escuchemos esas primeras frases inolvidables como las de Laura, El Padrino o Rebecca .
Comentarios
con una cámara de 200 euros puede hacer una peli quien quiera y montarla en su casa! otra cosa es que pueda ganarse la vida con ello...
pero hacer cine... está a manos de quien lo desee!!
bendita tecnología!!
Y con el divx y el home cinema llega a más gente q nunca creando nuevos aficionados q van al cine, compran dvds y generan interés por el tema en quienes les rodean.
Salu2.
Hace algunos años que las productoras no arriesgan un chavo en guiones o proyectos que no tengan una rentabilidad asegurada. El cine interesante se hace en pequeñas productoras independientes o muy lejos de Hollywood, lo que sumado al monopolio de facto que existe en las salas de proyección por parte de las majors, convierte en una odisea el que una película realmente original pueda llegar al gran público. Sólo tenéis que echar un vistazo a las cuentas del cine español, contar el número de películas que se producen al año y compararlo con el número de ellas que finalmente se proyectan.
Por parte de la gran industria, no hay mucho que esperar. No hay más que ojear la cartelera para ver que los remakes, secuelas y otros productos de consumo rápido y digestión fácil están por todas partes usurpando el espacio del cine de calidad.
Finalmente, es obvio que nos encontramos en un momento verdaderamente dulce (cualitativamente hablando, pero también cuantitativamente) para las series de televisión y para el anime japonés. Hay tanto y tan bueno donde elegir, y el bendito internet lo pone a nuestra disposición en condiciones casi óptimas, que a uno se le pasan las ganas de acudir al cine y dejarse los euros, a ver si suena la flauta y la película de turno no es de las que te hacen levantarte a media proyección.
Saludos.
Hace algunos años que las productoras no arriesgan un chavo en guiones o proyectos que no tengan una rentabilidad asegurada. El cine interesante se hace en pequeñas productoras independientes o muy lejos de Hollywood, lo que sumado al monopolio de facto que existe en las salas de proyección por parte de las majors, convierte en una odisea el que una película realmente original pueda llegar al gran público. Sólo tenéis que echar un vistazo a las cuentas del cine español, contar el número de películas que se producen al año y compararlo con el número de ellas que finalmente se proyectan.
Por parte de la gran industria, no hay mucho que esperar. No hay más que ojear la cartelera para ver que los remakes, secuelas y otros productos de consumo rápido y digestión fácil están por todas partes usurpando el espacio del cine de calidad.
Finalmente, es obvio que nos encontramos en un momento verdaderamente dulce (cualitativamente hablando, pero también cuantitativamente) para las series de televisión y para el anime japonés. Hay tanto y tan bueno donde elegir, y el bendito internet lo pone a nuestra disposición en condiciones casi óptimas, que a uno se le pasan las ganas de acudir al cine y dejarse los euros, a ver si suena la flauta y la película de turno no es de las que te hacen levantarte a media proyección.
Saludos.
Hace algunos años que las productoras no arriesgan un chavo en guiones o proyectos que no tengan una rentabilidad asegurada. El cine interesante se hace en pequeñas productoras independientes o muy lejos de Hollywood, lo que sumado al monopolio de facto que existe en las salas de proyección por parte de las majors, convierte en una odisea el que una película realmente original pueda llegar al gran público. Sólo tenéis que echar un vistazo a las cuentas del cine español, contar el número de películas que se producen al año y compararlo con el número de ellas que finalmente se proyectan.
Por parte de la gran industria, no hay mucho que esperar. No hay más que ojear la cartelera para ver que los remakes, secuelas y otros productos de consumo rápido y digestión fácil están por todas partes usurpando el espacio del cine de calidad.
Finalmente, es obvio que nos encontramos en un momento verdaderamente dulce (cualitativamente hablando, pero también cuantitativamente) para las series de televisión y para el anime japonés. Hay tanto y tan bueno donde elegir, y el bendito internet lo pone a nuestra disposición en condiciones casi óptimas, que a uno se le pasan las ganas de acudir al cine y dejarse los euros, a ver si suena la flauta y la película de turno no es de las que te hacen levantarte a media proyección.
Saludos.
Cita:
Realmente creen que el cine puede sobrevivir al Home Theatre, al DivX y a las series yanquis que se pueden bajar por internet..?
El Home Theatre es una forma de ver cine en casa, y el DivX es un códec para comprimir películas y compartirlas más fácilmente, así que el cine entendido como arte no es que vaya a sobrevivir a esas dos cosas, es que son precisamente ellas las que le dan vida.
Si te refieres a las salas de cine entonces la cosa cambia. Quizá no desaparezcan del todo, puede que se les ocurra algo para renovarse, o simplemente se reduzcan en número, pero la verdad es que la gente cada vez va menos al cine.
Pero el cine está muy vivo
Recuerdo cuando tenia menos de veinte anhos y me gustaban Lynch, Jarmusch, Greenaway, mis amigos mayores, esa generacion nacida a finales de los 50, decian que el cine ya no es lo que era, que estaba muriendo, que lo mejor ya se habia hecho y todas esas tonterias que repiten los necrofilos. Para ellos, el cine de verdad era Godard, Fellini, Bergman y toda esa gente que ellos tuvieron que defender ante sus mayores, que les reprochaban que ese cine no era el de verdad, que el de verdad eran Ford, Hitchcock y asi sucesivamente.
La realidad era que mis amigos no conocian a Jarmusch o a Greenaway (que antes de los 90 eran poco conocidos) porque, a partir de "La Guerra de las Galaxias" las productoras y distribuidoras cambiaron la manera de manejar el producto. A partir de alli hemos tenido mas dificultades para acceder al mejor cine, al mas personal, al que tiene mas cosas que decir, a cambio de superproducciones de mensajes premasticados y predigeridos, remakes, secuelas y demas. Peliculas como "Amanecer", "Freaks", "Retorno al Pasado"(entre cientas mas) eran peliculas "comerciales" y ahora son de culto.
Creo que el problema, es mas o menos el mismo que con la musica, NUNCa se ha dejado de hacer buena musica, la diferencia radica que, si bien, antes podias escucharla en algunas radios, hoy es mucho mas dificil poder oirla o encontrarla si no tienes internet en casa. A los medios de comunicacion no les interesa la calidad, eso esta claro, y, como los accionistas de una radio o de una cadena, suelen tener acciones de discograficas y de algun periodico o revista, lo que vemos o escuchamos en la programacion normal de cualquier lado, es pura propaganda. "Te haremos ver y escuchar lo que queremos venderte, no lo que quieres comprar" Y como a la gente no le interesa hacer un esfuerzo extra por un disco o una pelicula o un libro, prefieren comer lo que otros ya han masticado, asi tienen tema de conversacion con los de la oficina (cuantas veces he escuchado eso de: pero si no lo conoce nadie!! como si fuera algo que le resta merito a una obra de arte)
Y ya se que las productoras siempre han querido vender y hacer dinero, es obvio, solo que me parece que ahora es mas dificil tener acceso a las grandes obras por los canales normales. Y sin embargo nunca ha existido un acceso tan sencillo, directo y universal al arte, al conocimiento y a la informacion que en esta epoca.
En conclusion, No, no se muere
Claro nos atiborramos a cine y luego resulta que la mayorían eran regulares o malas. Elegir con cuidado un par de obras actuales a la semana y verás como el cine está muy sano.
Además desde el principio de los siglos surge el conglicto de talento generacional.
Lo que huele a cadaver son las series (americanas, mangas,...). Son las ansias de los espectador, y no la calidad, las culpables de esa corriente tan favorable.
saludos.
www.unalivio.blogspot.com
www.soycuriosa-cine.blogspot.com